Cuando imaginé Lúmina, lo hice partiendo de una pregunta simple pero poderosa: ¿cómo podemos hacer la vida más sencilla, cómoda y digna para quienes enfrentan desafíos particulares?
Como psicóloga, pude ver que muchas de las dificultades que acompañaban a las personas no eran solo emocionales, sino también prácticas. Eran barreras pequeñas, a veces invisibles, que día a día limitaban su bienestar. Con esa sensibilidad hacia la diversidad y el deseo de ofrecer soluciones reales, nació Lúmina.
Desde hace dos años, este proyecto se ha convertido en un espacio profundamente personal. No es una tienda tradicional, sino un lugar pensado para iluminar esas áreas que suelen pasar desapercibidas, pero que marcan la diferencia en la calidad de vida.
Cada producto que seleccionamos responde a la intención de acompañar con empatía y cuidado, porque creemos que los pequeños detalles tienen un gran poder transformador. Nuestro compromiso es claro: que cada persona que llegue a Lúmina sienta que aquí la inclusión no es un concepto abstracto, sino algo que germina en acciones concretas.
Lúmina es, y seguirá siendo, la luz que acompaña, cuida y florece con cada historia.
* Lúmina es un proyecto piloto. Actualmente forma parte de mi TFM